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jueves, 19 de marzo de 2009

¿Qué pasa en esa cueva?

Snifff.....!, ¡Snifff.......!!, ¡Snifff.......!!!

(Lagrimas sordas rompen el silencio en lo más prufundo de la cueva)

Jueves 19 de Marzo, un gran día primaveral asomaba a lo lejos en las colinas, el Sol brillaba con fuerza tras las leves nubes formadas por el rocio de la mañana, los pajarillos despertaban lentamente para cantar sus dulces melodías, las colinas radiaban verdor por doquier, la fría agua proveniente del deshielo fluía libremente por los improvisados riachuelos, las ardillas y demás animales del bosque dejaban atrás su hibernación con sutil pereza; y los Richards disfrutaban su paseo matinal acompañado de un desayuno bajo el gran nogal.

Hasta aqui todo era un normal y vivo día de primavera, si no fuese por un diminuto ruido, casi un susurro que llevaba el viento a lo largo del valle procedente de una gruta que se adrentraba en la piedra de la roja montaña. ¿Es un lamento?, ¡no, no! es un llanto; ¿Pero de dónde? o aún mejor ¿De quién?.

¡Snifff.....!, ¡Snifff.......!!, ¡Snifff.......!!!

Billy, el más pequeño y revoltoso de los Richards, no podía quedarse sentado esperando a que sus padres y su hermana mayor terminasen su desayuno, estaba muy inquieto; notaba que algo increible estaba a punto de pasar, o simplemente como todo niño travieso de su edad tenía gran curiosidad por tocar todos esos animalitos (bichos) que había a su alrededor. De un brinco se puso en pie y se dirigió hacia el río cercano al nogal donde se encontraba; no sin antes ser advertido por su madre, Clara. -Billy cuidado con no mojarte en el río, porque hasta que no lleguemos a casa no podras cambiarte y recuerda que... .Y Billy no dejandola acabar asintió -Siií mamá, de tanto tener los pies mojados me convertire en rana (burlandose de las siempre creativas advertencias de su madre).

En el río Billy encontró gran cantidad de pececillos y renacuajos recién nacidos con los que pudo divertirse probando su punteria. Al poco rato, y después de fijarse en un libélula que paso entre sus piernas para refrescarse en el agua, se canso de hacer sufrir a los animalillos y se percató de que su pesca prehistorica había tenido un efecto distinto al que el deseaba, las piedras habían caido una tras otra formando un caminito que permitía llegar hasta la otra orilla. Sin pensarlo un segundo cruzo el riachuelo y se encontró rapidamente al otro lado, aqui encontro multitud de especies tras las que correr; como un caracol al que alcanzó sin problema, un pajarillo que voló a la rama más cercana, o por último una mariposa de extravagantes colores que persiguío durante buen rato. Ya cansado de corretear trás la inalcanzable mariposa y al ver sus zapatos llenos barro paro de jugar, y se sentó a descansar en la frondosa hierba. Allí sentado y sin nada que hacer decidió escuchar la naturaleza; el agua del río correr con destreza, los cantos de los pajarillos esperando a su mamá llegar con un jusoso y verde gusano, el viento fresco procedente de algún lugar del norte. ¡Esperá! ¿Ese mismo viento que guiaba el anterior susurro?

¡Snifff.....!, ¡Snifff.......!!, ¡Snifff.......!!!

¡Sí ese mismo! A Billy como no era de extrañar, no se le paso inadvertido, prestó atención y el llanto volvió a sonar una y otra vez. Como veía que no cesaba intentó buscar el lugar de donde procedía aquel palido y triste lamento. ¿Cuál fue la sorpresa?. Justo localizó que la triste melodía emanaba de un arbusto unos cuantos metros a su derecha. Al hacercarse sigilosamente, para que fuese lo que fuese no se asustara, se percató que el sonido no venía del arbusto si no de más alla. Atraveso el denso arbolillo, y sin más dilatación encontró una cavidad en el suelo de un tamaño considerable del que sin cesar manaba una y otra vez la acompasada melodía.

¡Snifff.....!, ¡Snifff.......!!, ¡Snifff.......!!!

La cueva tenía poca luminosidad incluso a plena luz del día, pero esta luz se mantenía constante también de noche, ya que era producida por una pequeña y tenue vela. Adentrandonos más podiamos encontrar restos de folios rotos semiescritos; o simplemente en blanco, tachones y toda clase de ideas desechadas por malas o bien por falta de inspiración; todo acompañado siempre por la canción de cuna....

¡Snifff.....!, ¡Snifff.......!!, ¡Snifff.......!!!

Al fondo, y al fin seguían apareciendo más y más papeles arrugados y rotos junto a un gran bote de tinta seca; cuya inscripción mucho dejaba que desear ( Tinta Simposium; mientras haya ideas, habra tinta). Allí se hallaba Billy, nuestro fiel aventurero, dispuesto a descubrir el misterio. Cuando de repente notó que algo se movía bajo el montón de papeles sin uso, sin pestañear un segundo, levanto a toda prisa los cientos de tachones, borrones y folios en blanco. Y de repente allí estaba el foco emisor de....

¡Snifff.....!, ¡Snifff.......!!, ¡Snifff.......!!!

Si, amigos allí estaba, acurrucado en el suelo, con las manos sujetandose las rodillas, como tratándose de alguien que quiere transformarse en una redonda y perfecta pelota, con un estado de dejadez incosciente, y lo peor de todo llorando....

¡Snifff.....!, ¡Snifff.......!!, ¡Snifff.......!!!

Si, amigos se trataba nada más y nada menos de.... "Nuestro blog". El cual hemos abandonado por un tiempo, bien por todo lo mencionado anteriormente, o por el simple hecho de que estamos de exámenes. Asi que viendo que la participación últimamente no ha sido la deseada, uso este post o entrada para convocar el "Primer certamen de relatos cortos" de este nuestro blog.

Apuntador: Robles

lunes, 16 de marzo de 2009

Zocodover

Tres monedas que caen,
un bolso con tachuelas,
pantalones pitillos, un beso entre chicos,
el autobús de turno,
el abrigo de piel sobre ídem arrugada,
una carcajada maquillada,
Patrimonio Nacional en Nikons,
carritos de gemelos,
señores de cuero, 
niños de piruleta, y bajo ellos:
historia y chicles con pelo.
Sobre ellos: 
las luces del cielo,
y mi paraguas negro.


Esto fue solo un intento, lo escribí hace unas semanas en el móvil, en Toledo (Zocodover es su plaza principal). No es bueno, ni es inteligente, ni es genial, ni nada de eso. Pero por ello está aquí. Porque lo hice YO. Copiado íntegramente como el original que se me ocurrió en ese momento, sin intentar ajustarme a nada, aunque acabaron saliéndome rimas al final.

Próximamente: Poema dadaísta. (OJO, ya conocía a los dadaístas y sus poemas, simplemente la profesora de literatura me lo recordó). ¡Espero que participe todo el mundo!

Arrivederci, 

David

jueves, 12 de marzo de 2009

Nuevo titulo

Como habeís podido observar a lo largo de la semana el blog a cambiado su nombre, del antiguo y provisional "Nada que contar, aún menos que decir" a un moderno y refrescante "Apuntador, deme la voz". Así de golpe tampoco parece gran cosa, más si David me insistió tanto (con una sola vez bastó) su razón tiene. Su procedencia es una canción que desde hace unos meses ronda mi cabeza y la de muchos otros; no solo esa canción, si no todo el gran disco de Vetusta Morla "Un día en el mundo". Lo recomendamos fervorosamente, aunque sé que nuestros queridos tres lectores lo conocen bien. El que no, visiten el link anterior (es una orden).

Bueno dejémonos de tonterías y aquí tenéis para todos vosotros esta obra maestra (dentro de nuestra opinión, aunque claro está, siempre llevamos la razón) que tiene por título "Valiente":





Realizadores del post:

Robles (Idea original y cuerpo de la entrada)
David (Ortografía, signos de puntuación, y tonterías varias xD)

domingo, 8 de marzo de 2009

Sin la salsa de la vida.



Hoy he ido a cenar, y he encontrado un paisaje desolador. Esta noche cada uno se prepara su comida, cada uno puede elegir. Bien, es el momento de dar rienda suelta a mi creatividad culinaria. Pero al coger el bote de ketchup... me percaté de algo desagradable, horrible, que no había podido ver antes, ciego ante mis ojos, que podría cambiar el transcurso de toda una vida.

No podía ser verdad, no.

No había ketchup.

Ni una gotita rojiza y pegajosa, nada. Apretaba con fruición, sacudía el envase, y con él temblaba mi mundo, pero nada iba a conseguir. Se acabó, ya está. Habían venido otros a usurpar mi oro sangriento. Me lo habían arrebatado de las manos, esa preciada salsa que da un sabor especial a cada instante. Otros la disfrutan, todos lo hacen, menos yo, que continúo apático con mi bote vacío entre las manos, mirando el infinito de mi pasado.

Y ya es tarde, demasiado tarde. Hoy está todo cerrado, hasta la argentina de la tienda de 24 horas estará en su casa, o viendo la tele, o durmiendo, o comiéndose una de sus barras de pan tan ricas que tiene siempre. Acompañándola de su ración correspondiente de ketchup, cómo no. Pero ya es tarde, demasiado tarde. Podría decir que mañana será lunes y que podré ir a comprar ketchup a cualquier establecimiento, pues lo hay por todos lados, y de todas las marcas. Curiosamente, de las buenas, las Heinz no las he podido tener nunca. Tan solo en esporádicos momentos, muy lejanos ya, demasiado. El sabor no permanece, siempre es variable. En realidad, nunca he probado el ketchup de verdad. El que proviene directamente de los tomates. Jamás he sabido cuál es su sabor. Eso me hace sentir insignificante.

Al igual que se puede decir que será lunes, también puedo decir que no lo será. No es seguro. Quizás el inicio de la semana del ketchup no llegue nunca. Quizás la hayan derogado. Quizás malvados señores vestidos de paisano hayan raptado al lunes que debería tener. O que en España se de una ola de compras obsesivas y mi querido acompañamiento haya desaparecido de los estantes. Nada es seguro.

Tan sólo es seguro que, en estos instantes, no queda nada de ketchup en mi botellín de plástico.

¿Volveré a sentir ese sabor tan característico en mis labios?


¿Llegaré a probar el tomate primigenio?


Nadie me lo dirá. Tan solo el camino que me marque del tiempo.



Mientras, tendré que conformarme con la sosa mayonesa para condimentar mis cenas.


David (El chico sin salsa)

viernes, 6 de marzo de 2009

Yo solo, sólo yo, yo solo.

Bueno, hoy, inspirado en el titulo de la publicacón de David y despues de leer el poema de Lírica y el del link de Robles de Alberti, me he decantado a escribir algo e iniciarme con un corto poema, mi propio enfoque de la soledad:

Yo,

Solo ante la nada,

gris como el granito,
entre la nada

y el infinito.

Solo ante el infinito,

en blanco como la piedra nevada.

Sólo esperando que me lleve la nada,
sólo esperando el silencio infinito.

Sam.

(en croata sam = solo)

Poli-ladron

Tras una semana sin escribir ya tocaba, bien no se me ocurre nada o quizas mucho de lo que no puedo hablar, por no saber, o por no tenerlo muy claro.
Así que solo puedo decir que nos complicamos demasiado, le damos muchas vueltas a las cosas, no tenemos nada claro, simpre encontramos un por qué que lleva a otro por qué y por fín encontramos el peor de todos ¿Por qué no tienen respuesta?. Cada situación tiene mil millones de constantes, que nos ponemos a revisar una y otra vez; por mero instinto y sin ningún fin, o con un fin nada confesable (del que nos deberiamos arrepentir al instante; o no). Cada decisión nos cuesta la vida, y no porque sea muy importante o de plena cuestión vital, sino porque somos así; estamos siempre alerta de tonterias, que no llevan a ninguna parte (determinadas por la sociedad; o no). Todo, todo, todo, todo en nuestra vida es una complicación innecesaria. Hacedme caso, no busqueis culpables, buscad soluciones a vuestros problemas.
NO se porque he escrito esto, solo se que lo he escrito y con eso basta. No se que pensareís al leerlo (espero algo mas que nada), lo escribí porque me dio la gana (la presión pudo conmigo).

Jugad al poli-ladron, el juego en el que pensar no vale de nada, la puta es la única que siempre gana. De parte de el ladrón más listo de la ciudad.
Robles

miércoles, 4 de marzo de 2009

Solo yo, solo yo, solo yo...

Época de exámenes. Es lo que tiene nacer. Que luego de los chupetes, te toca estudiar. Así que ahora, como otras supongo que haré, simplemente me dedicaré a poner un vídeo, su letra, y poco más. Vagueza, quizás, pero también difusión de la cultura desconocida.






Porque... ¿acaso vosotros, quiero decir, Robles y Lírika, si acaso Anne, y dudo mucho que Sami, (tal vez alguno más, si es así, que se manifiesteee), habéis escuchado antes esta canción?. No es de las más conocidas de Mecano, sin duda uno de los mejores grupos (¿o el mejor?) de España, muy originales, muy rompedores, innovadores, transgresores. Esta canción en particular me fascina, tiene algo especia, que no puedo dejar de escucharla. Bueno va... también ha sido porque el maldito copyright no me ha dejado poner otras canciones de ellos más molonas... pero bueh, esta es una de las mejores, según mi opinión. Y como ahora mismo soy el único que está escribiendo esto, mi opinión es la única verdad.

Espero que os guste. La letra paso de ponerla, la tenéis en el mismo vídeo.


Ahora sí que sí, tio, que nos tienes secos, Robles, te toca, o alguno otro que se anime,

David

lunes, 2 de marzo de 2009

¡Mentira!

Oh sí, quiero escribir tonterías,
lame mis borderías
arranca mi picardías
que no me interesa tener.

Ya puedes comprar mis halagos,
te llenan de alegrías
de mil falserías
que no me interesa saber.

Dicen que es fácil mentir
y yo digo que es más retorcido,
que las palabras salen solas
y que es estúpido engañar tu oído.
Y que es cruel la verdad...
¡mentira!

Apariencia + Apariencia,
en eso se basa nuestra complaciencia
gana la apariencia de más competencia
y al final nos sorprendemos cuando ya nada es real.
¡Es un teatro!

A tí te toca este personaje,
te lo dio la sociedad,
ni los más rebeldes se salen del doblaje,
todos entramos en su bondad.

Ni se te ocurra salirte del guión,
que ahí te espera la soledad.
No más que tú mismo,
tú, tu peor enemigo, y la realidad.

Más vicio...
es la única madera,
la violencia y la sexualidad.

Nos censuramos pero es cierto,
es horrible
deshonrroso
asqueroso
e inaguantable...
es... la humanidad.

No hay nada más humano que el sexo y la violencia.



Lírika Delarge.

domingo, 1 de marzo de 2009

Sin paciencia.

Me contradigo. El otro día, no sé bien por qué razón, titulaba a la entrada "paciencia". Pues ahora, precisamente, carezco de ella.

Estoy aburrido, necesito urgentemente que algo ocurra.

ODIO estos días. Los días en los que no sabes que hacer. Los días en los que tienes cosas que hacer, muchas, pero tu mente no colabora, se hunde en la inmensidad de tus pensamientos, casi se ahoga intentando encontrar algo, pero sale a flote sin haber conseguido nada, hasta el extremo de que te duele pensar. Y también duele el cuerpo. Se empeña en que no puedas tocar el piano ni un poquillo, niega a tus dedos la habilidad hasta para escribir al teclado. La vista se cansa, se nubla, toda la música llega a tus oídos distorsionada, confundida, no sabes lo que escuchas, no lo disfrutas. Es piano, son violines, tal vez la voz del cantante, o sintetizadores, todo se vuelve monótono, fluido. Siento como cuando intento coger una moneda pegada al suelo con los dedos sin uñas. Desesperación. Quiero salir de aquí. Quiero disfrutar lo que antes disfrutaba. Y hacer desaparecer este dolor de muñecas, de garganta, de espalda, de cerebro. Pero no hay salida, no. Tan solo esperar a que caiga la noche. Como mucho, intentar hacer un ejercicio, hacer como que estudio estadística o alguna que otra chorrada. Tres horas para terminar un resumen de Historia, tres largas horas intercaladas con conversaciones sin sustancia en el msn. Toda, toda una tarde encerrado en esta habitación. Sin poder salir, porque no quiero salir. Y lo peor: cada vez más, y más, mi barriga crece. Desborda la silla, me aleja de la mesa, entorpece mis movimientos. Me siento gordo, muy gordo, en estas tardes así, hinchándome a galletas, quizás un poco de chocolate. Será psicológico, lo sé, pero es así.

Hay algo más que lo agrava: terminan las vacaciones. Mañana empiezan de nuevos las clases. Las jodidas clases, los exámenes, los estudios, el olor del profesor de filosofía, la parsimonia del de historia. Y me arrepentiré entonces de mucho. De haber perdido el tiempo durante esta semana, fundamentalmente. Ni cena en casa de mis amigas, ni visita al Centro de Arte Contemporáneo con mi amigo el médico, ni fotos en la playa, ni intensas salidas nocturnas, ni mejorar siquiera el físico. Estos 7 días han sido como una tarde de miércoles más larga de lo normal.

Y lo que necesito es que pase algo. Que pase, aunque sea, el tiempo. Ahora que mi cuerpo no reacciona, que mi mente se niega a esclarecerse, no puedo hacer nada, puesto que son lo único que tengo. Sé, lo sé, lo pensaréis, también lo pienso yo, seré sincero conmigo mismo: aquí el menda tiene toda la culpa de lo que siente. Podría haber salido, podría, ir al parque con Lírika, hacerle compañía, reírme con ella, hacer si eso el payaso, cantar un poco de Edith Piaf con mi mala voz, pero flojito, para oírle entonar tan bien a ella. Pero no, no tenía ganas. El cuerpo ya me lo llevaba avisando varios días, me sentía cansado hasta en la calle con mis amigos. A veces necesito hundirme a lo más ínfimo para poder remontarme de nuevo hacia el cielo con más fuerza. Soy una especie de fénix. 

O, simplemente, un chico vago.

Necesito dormir, y despejarme del todo.


Y ahora, como siempre, me entran ganas de cerrar la pantalla sin guardar. Y todo al garete. Como tantas otras cosas en el día de hoy. Pero no, démosle una oportunidad. Al menos servirá para agrandar el número de posts publicados.

Robles, te toca escribir.

David.


PD: Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento. Nadie dijo que estaba escribido malgastar el teclado de semejante manera, ¿no?