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sábado, 25 de julio de 2009

El texto sentido: "Cronopios"



Cuando vagas entre las tumbas de Montparnasse, hay un momento en que sientes un soplo cálido sobre tus pies, allí, entre tanto mármol gélido. Se trata de la de Cortázar, que se presenta pequeña, humilde y simpática, semiescondida entre tanta lápida ostentosa, y, entonces, a pesar de los lúgubres pensamientos que te estén rondando la cabeza desde hace un rato al leer tanto nombre extinto, no puedes evitar sonreir.

Cortázar no duerme solo, tiene una estupenda tertulia literaria a su alrededor: Vallejo, Baudelaire, Sartre, Cioran... Todos ellos, descansan bajo espléndidas tumbas que muestran magníficos ramos de flores, u orgullosas rosas rojas de tallo largo artísticamente depositadas. La de Julio no. Cuando te agachas a acariciar con timidez aquella pequeña lápida blanca, bajo la curiosa escultura de una luna que avanza feliz en su camino hacia lo fantástico ignoto, descubres decenas de homenajes, humildes homenajes. Primero reparas en las piedrecitas. Los que como yo entraron allí a curiosear, a buscarlos a ellos, a él, sin preparos, sin parar en la floristería, pero que no quieren de dejar de decirle al que duerme allí "Eh, oye, niño, vine a verte dormir, tú me hiciste feliz, me hiciste diferente con tus líneas. Gracias.", y entonces, simplemente, han cogido una de las miles de piedritas de la gravilla que cubre el cementerio y la han colocado sobre su tumba. Luego están los que sienten que eso no es suficiente, o los que, tal vez, quieren hacer sentir al próximo que venga que no está sólo en su amor por Cortázar, que hay toda una tribu interplanetaria unida por las lágrimas que derramó ante la belleza de los cuentos de un escritor. Esos, pues, han echado a mano del único papel que llevaban encima -los que amamos a Julio somos siempre un caos en lo práctico-, que no es otra cosa que un ticket del metro de París y han garabateado dos palabras para él, para nosotros. La palabra que más se repite es cronopio. Un billete dice "Querido cronopio..." (y esos puntos suspensivos rebosan nostalgia) otro hace un guiño y escribe "Cronopio, cronopio, cronopio".

El cronopio es una invención de Cortázar, pero no lo es. Porque Cortázar sólo pasó al papel a aquellos que lo entendían y lo amaban, o sea los otros como él, que andan errantes por el mundo, y de vez en cuando se encuentran, y son felices cuando sucede, aunque no pueden evitar volver a separarse, pues ése es su sino. De los heterodoxos hablo, claro. Cortázar creó para ellos un mundo donde podían reconocerse en un primer contacto sólo por su lenguaje, el cronopiocronopio, en el que además, distinguían al resto de la población en dos simples grupos: los famas (esos exitosos ortodoxos) y los esperanzas (cronopios potenciales que no tienen el suficiente temperamento para serlo). Pensé que mi primer texto sentido en este blog no podía ser más que un cuento de Historias de cronopios y famas. Si os gusta y queréis leer más, sólo tenéis que entrar en la página http://www4.loscuentos.net/cuentos/other/1/

Ea, no me enrollo más, que hable el maestro :-)
Patricia.



"Conservación de los recuerdos"


Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes", o: "Frank Sinatra".

Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones". Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras que en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempres de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

viernes, 24 de julio de 2009

La pregunta es la respuesta.

Bueno, bueno... ya que Robles empezó con poniendo su recomendación, yo iniciaré el debate... a Patricia le tocará este fin de semana escribir algo de las otras dos secciones, lo que ella prefiera.

Recordad, tenéis que editar este post cada vez que déis vuestra opinión del tema... pues bien, olvidadlo. He pensado que es mejor hacerlo por comentarios, y posteriormente, el iniciador del debate (en este caso, moi), modificará la entrada con todas las aportaciones. ¿Os parece bien así? Pienso que es más fácil.

Allá vamos.


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Así es, esto es genuina mierda de artista, más especificamente, de Piero Manzoni.


El arte se puede dar en muchas y diferentes facetas: tantas como el hombre pueda albergar en su pensamiento. Pues bien, mi duda es... ¿de veras cosas como los excrementos enlatados de un señor se pueden considerar arte?
¿Dónde está el límite que se para lo artístico de lo no-artístico?
¿En qué consiste el arte?
¿Qué es una obra de arte?
¿Depende el arte del receptor, es relativo?
Y más importante aún.... ¿tiene el arte alguna función, es útil?

El debate está abierto.

David

miércoles, 22 de julio de 2009

De música va la cosa

Ya que veo que de música va la cosa y quiero creer que es mi turno, pues allá va mi recomendación para la semana.
Se trata de un grupo de pop raro (no se como definirlo) que conoci por casualidad, si es que a los videos destacados del youtube se les puede aplicar esa cualidad. A primera vista pueden asustar pero leyendo su descripción en wikipedia te das cuenta que tienen su fondo como todo. Entre las multiples canciones que me gustan: el vertedero de Sao Paulo, mentalismo, paliza, un millon de amigos y todos los cambios pues elegí el de idea por ser el primero que escuche, sin olvidar su directo en la masía. Perdon su nombre Astrud. Que lo disfrutéis.


Para mayor disfrute y entendiniento ver también las recomendadas.
Siento estas vacaciones que me he tomado pero no han sido fruto de mi voluntad. Os quiero ;p

Pd: David si los conocías pues mejor para ti.

Robles "el desaparecido"

Mi triste e inefable sensación.

ba a escribir una parrafada enorme, con cien mil metáforas, quinientas frases hechas, treinta símbolos y alguna que otra paradoja, todo ello tratando de explicar lo que siento.

Pero siento que Vetusta Morla lo ha conseguido antes que yo. Ya en otra ocasión intentaré plasmar aquello que no veo.





Solos, cerrados por dentro
y fuera están los otros.

Vasijas de cables,
escudos de antenas,
perdidos en la nieve,
iglús sin primavera.

Protégeme del tiempo,
protégeme del riesgo,
iglús sin primavera,
iglús sin primavera.

Tu fe nuclear
salvó tantas vidas,
elige a quien atacas
ciudadano del mundo,
escucha a dios en el metro,
cuidad vuestros alimentos,
vigila las puertas
de tu cerebro de acero.

Protégeme del cuerpo,
Protégeme del tiempo,
iglús sin primavera,
iglús sin primavera.

Protégeme del mundo,
Protégeme del riesgo,
iglús sin primavera,
iglús sin primavera.

Y esperamos conectados
la explosión definitiva,
la que apague las pantallas,
la que apague nuestras vidas.


La versión del disco es también altamente recomendable, se aprecia con total perfección la maravillosa voz del cantante. Espero que le guste a Patricia, ya que a Robles sí sé que le gusta. Pero lo que más espero es que lleguéis a captarle algún significado. Y si es así... decidme qué es.

David

lunes, 20 de julio de 2009

Siniestro total

Les encantaba cantarla a grito pelao a una panda de colgaos a los que a mí me enternecía llamar "mis amigos". Han pasado ya unos siglos. Va por ellos.



P.D. No me negaréis que las legendarias calzonas ochenteras eran irresistibles, ¿eh?


Patricia.

viernes, 17 de julio de 2009

El Lego, y la pérdida de la niñez.

Podría deciros casi con total exactitud cómo han sido la mayoría de las mañanas tras las Noches de Reyes de mi vida. Nos levantábamos todos a la vez, y salíamos emocionados al salón. Allí debíamos de buscar por los rincones todos los regalitos... que aunque nunca fueron muchos, sí eran buenos. Mis padres también se sorprendían al encontrar algunos con sus nombres, porque mi hermana se levantaba a las seis a colocarlos (siempre tuvo esa capacidad de levantarse temprano como una rosa, mientras que yo no me despierto hasta pocas horas después de levantarme).

Entre los regalos dejados por los mágicos Reyes, para mí siempre había alguna caja enorme, que al sacudirla, producía un ruido que me alegraba. Siempre tenía una caja de Lego, de cualquier cosa. El primero que tuve no era de Lego realmente, sino de otra marca mucho más barata, y tenía muy pocas piezas diferentes: tan sólo había dos o tres patrones que se repetían en los tres colores. Pero aun así, me lo pasaba de vicio, montando mis castillitos, a pesar de con tan pocos materiales. La Navidad siguiente llegó el Lego de verdad... un pequeño pueblo del oeste, con su banco y su cárcel del sheriff, más tarde un castillo de ninjas, después alguna que otra nave de Star Wars, incluso el trenecito de Harry Potter, que yo ahora recuerde.

Me pasaba horas y horas jugando yo solo en mi cuarto. Sobre mi antigua alfombra verde, vaciaba todas las casas, y comenzaba a crear. Hacía naves, coches, casas, objetos; me inventaba mil historias con mis muñequitos. Esas piezas para mí llegaron a ser mi mundo, pues con ellas, podía construir el mío. Me reducía a unos cuantos centímetros y vagaba entre gigantes, pilotando super aviones o construyendo con mis manos las paredes de mi casa. Con las últimas cajas de juegos, venían piezas mucho más diversas, por lo que las posibilidades se multiplicaban. Durante mucho tiempo de mi infancia dejé volar mi imaginación con esos muñequitos de plástico, imaginándome uno de ellos, aunque sintiéndome el Creador.


El fin de semana anterior en la casa de campo desempolvé mi vieja caja olvidada donde guardaba todas mis obras. Aún había alguna que otra cosa montada: un pequeño Anakin Skywalker continuaba en su nave y una muñequita seguía apostada ante una puerta en un pequeño fragmento del espacio cuadricular. Tenía la intención de volver a retomarlo todo, de jugar de nuevo y de sentir una vez más la ilusión que antes me producía el crear... pero se quedó solo en eso, en una pretensión. Me fue totalmente imposible volver a formar figuras y crear historias que me satisficiesen, o bien porque no se me ocurría nada, o porque lo veía demasiado ridículo, irrealizable y tonto.

Me dio mucha pena... había perdido totalmente la imaginación. Al madurar, he olvidado cómo se jugaba. Ya no tengo esa ingenuidad propia de la infancia, la sencillez de la consciencia ha desaparecido, como la inocencia que hace que las historias inventas se hagan realidad, las figuras de plástico cobren vida, y los aviones tengan una aerodinámica perfecta que le permita volar. Intentaba ensamblar las piezas siguiendo un patrón que tenía en mente, cuando en realidad, no debía intentar planificar qué quería hacer... sino que me debía de salir solo, como antaño. Pero ya perdí esa expontaneidad, pues mientras esparcía los ladrillitos por todo el suelo, simultáneamente en mi mente se debatían pensamientos sucios, oscuros o simplemente diferentes, que no son los propios de un niño pequeño, y que obstruyen el vuelo libre del intelecto. Es una pena... pues siempre había querido luchar contra eso. Sabía desde pequeño que algún día dejaría de encontrar sentido a mis juegos, sí que lo sabía, (y quizás a esa lucidez temprana alude Patricia), pero pensaba que sería capaz de eludir ese prematuro alzheimer... me creía capaz de seguir volando como Peter Pan. Ahora veo que no... pero aún así, quiero seguir esforzándome para recuperar aquellas pequeñas ilusiones.

Lo que en el pasado me parecieron cosas banales y cotidianas, en estos momentos son los únicos recuerdos que me aportan felicidad. Por ello es muy importante en el presente dedicar tiempo a lo que te gusta, para así poder atesorar en la memoria algo de felicidad y satisfacción.


Bien es cierto que hay personas que pueden seguir jugando al Lego con la misma novedad y originalidad que cuando lo hacían de pequeños... algunos incluso muy frikis...







PD: He tardado tres días en escribir el post, por una cosa o por otra... y por ello mismo, al final me ha salido una cagarruta de paloma, muy inconexo todo, y con una expresividad pésima. Espero sepan disculparme.


David.

martes, 14 de julio de 2009

Aqui os traigo esta maravilla de la tecnología moderna, una película (corto largo 30min) hecha por una pagina web, con la ayuda de sus foreros y lo mejor de todo el estreno en youtube.
No es una obra maestra pero en ciertos momentos recuerda a Sin City.


PD: Si el protagonista hablara aún menos la pelicula ganaría. Ojala hubiesen eliminado la escena en la que queda con el padre, el abrazo imposible de procesar.

Robles o cualquier otro.

viernes, 10 de julio de 2009

Autocanción de un cantautor.

Según mi padre, este cantante, Deluxe, o lo que es lo mismo, Xoel López, tiene una voz horrible... pero qué queréis que os diga... esta canción me encanta. Y creo que puedo hacerla mía.





Con todo lo que tú eras,
con todas tus cositas buenas,
¿por qué haces tanto daño
y quemas, quemas, quemas?

Y tu voz que era el silencio,
la calma más suave del río,
¿por qué se vuelve lamento
y frío, frío, frío?

¿Qué son todas esas sombras
que han oscurecido el día,
que hacen hoy sangrar tu herida
y van a hacer sangrar la mía?

Y tu voz que era el silencio,
la calma más suave del río,
¿por qué se vuelve tormenta
y frío, frío, frío?

¿Qué son todas esas sombras
que han oscurecido el día,
que han hecho sangrar tu herida
y van a hacer sangrar la mía,
van a hacer sangrar la mía?

Con todo lo que tú eras,
y quemas, quemas, quemas...



Pero tras esto, no me queda otra que decir... con las palabras de La Casa Azul, lo que empiezo a pensar...






Advierto... es difícil la total compresión de la canción, por lo que se precisan numerosas audiciones. Pero si llegas a interiorizarla bien, descubres que es una belleza.


Espero que os guste.


David, el melómano.

Miedo hacia lo oscuro

Andrea, Marta, Juán, Jose, Cristina, Verónica y Samuel estaban reunidos una tarde cualquiera en una terraza cualquiera de otra cualquiera localidad medianamente normal. Repentinamente y sin previo aviso Andrea comenzó su historia.

Yo estaba en la cama. Era ya tardisimo, no recuerdo la hora, pero no podía dormir. -Hizo una pausa y tomó algo de su vaso, vease Aquarius o cualquier otra vevida refrescante-. Daba vueltas de un lado para otro y nada, el sudor me caía por la frente y no sabía con que postura ponerme. Mira, por más que lo intentaba, ¡imposible! no me dormía ni a la de tres -Siguió con más incapié- ¡Que horror!. Lo peor y que os quería contar es lo que viene ahora. Como puede ser que por fín que conseguí entre comillas quedarme medio quieta, loca perdida me da por oir un ruido. -Interrumpida por Marta y Jose- Ambos preocupandose: ¿Qué ruido? -Los dos conocían a Marta y sabían que vivía sola-. ¿Qué ruido? Pues no sé, pero me entro algo malísimo por dentro. Me quede mirando al techo sin moverme, no sabía que hacer. Un susto que tenía no os lo podéis imaginar -Tomo aire y continuó su historia- Estaba temblando, pero temblando no os lo podeís imaginar, un sudor de esos fríos. -Su cara expresó parte de ese miedo- Mira, el cuarto estaba oscuro no veía más que la lampara y parte de las cortinas. Yo con los dientes apretando que me los iva a romper y los mofletes como flanes -Reiterandose- ¡Que miedo!. Claro yo no me quería mover vallase que fuera lo que fuera se diera cuenta que estaba despierta. -No quiso decirlo pero esperaba a un ladrón como principal invitado, sin descartar al psico killer y demas compañeros de juegos-. Conteniendo la respiración. -Para calmar la situación solto una pequeña carcajada- ¡Que show! Loca me iva a volver, no sé cuanto tiempo estuve así, parada con las piernas entumecidas y el cuerpo rígido como un muerto. Las manos, ni las sentia -Sus ojos miraron hacia el cielo y se mordió levemente el labio- Es más llegué a pensar que si me entraba gana de hacer pis me lo hacía allí mismo, ni borracha me movía yo de la cama.

-Juán interrumpió y siguió hablando- Si, yo recuerdo algo parecido de chico y la verdad que mal se pasa, un susto te llevas. De pensarlo se me pone el vello de punta. -Hizo ademán de llevarse la mano al brazo- Con 7 años que tenía; ¿Qué se le ocurre a mi hermano? Contarme historias de miedo antes de dormir. El hombre del saco, los monstruos de debajo de la cama, el del armario (ese hoy día ya no existe. Por suerte ;-D) y no se cuantos más. No se cuál sería el de esa noche, pero yo no pegue ni ojo. Miraba aún lado y pun, de alli podía salir uno, miraba a otro lado y allí debía encontrarse el otro. Que me tapaba con la sabana, si si mi hermano también tenía uno para la cama. -con cierta ironía- Como quiero a mi hermano. Ahora sí, después de eso y al averme meado en la cama mi madre castigo a mi hemano durante un mes por contarme historias. Nunca volví a saber nada de los bichos -El brillo de sus ojos reflejaba su satisfacción-.

-Cristina tomó la palabra- Pues extrañamente a mí no en la cama pero si de noche me ocurrio algo de eso. La cosa es que yo estaba en un camping, no recuerdo bien el nombre, estaba cerca de un pueblo muy pequeñito apenas seis o siete casitas. Bueno, si tu venías conmigo ¿no Marta? -Marta contesto moviendo la cabeza verticalmente- Marta: Sí me acuerdo del pueblo. -Tomando parte de su batido Cristina continuó su relato- Lo que pasó es que me desperté a media noche y me entraron ganas de ir al baño, a buenas horas se llenó la vejiga. Salí de la tienda y al quedar los servicios tan lejos, pues más comodo, me metí entre los pinos de más atras. Cual es mi sorpresa que cuando estoi allí, pues nada , algo se movió. -Con lo ojos abiertos- ¡Mira que susto! Me quería morir. Yo allí sola, lejos de la tienda y sin poder llamar a nadie. -Marta le corto- Marta: ¿Y qué hiciste? Porque yo no me entere de nada. -Cristina agitada ante esta pregunta continuó- Hacer, hacer, nada. Me agarre con todas las fuerzas que podía al pino que tenía más cerca. Durante cinco minutos allí yo tonta sin moverme. Con las piernas destrozadas acabé. Me volví después corriendo a la tienda y ahí se acabo mi noche. -En ese momento se dió cuenta lo ridícula que hubiese sido aquella situación si alguien la hubiese visto. No pudo no dejar caer una pequeña sonrisa-.

-El turno de Verónica y Samuel, la pareja, se acercaba y más tras aver practicamente acabado con sus respectivos refrescos. Samuel se adelantó- Vero, aquella vez en el portal. -Verónica se llevo las manos a la cabeza- Al salir del ascensor. ¡Qué horrible!. -Verónica continuó- Os acordais de alguna de las veces que habéis venido a mi casa que al salir del ascensor para la izquierda se va hacia mi puerta, y para la derecha pues sigue el hacia el patio experior que ahí una puerta de cristal. No os podéis imaginar que miedo pasamos esa noche. -Dirigiendose a Samuel- Cuentales tu que yo de acordarme me da algo. -Samuel continuó con un poco menos de miedo en sus palabras- Veniamos de aver ido a tomar unas cervezas a eso de las tres o cuatro de la mañana. Ívamos asi contentillos. Nos subimos en el ascensor después de aver jugueteado un poco con la llave en al entrada. -Todos sonrienron- En el ascensor seguimos tonteando, no sé cuantas veces le dimos a subir y bajar -La sonrisa volvió a ser latente y Verónica siguió debido al tono que tomaba la conversación- Las puertas se abrieron en nuestra planta (por fín) y al salir pues en vez de ir directamente hacia la izquierda dimos un pequeño rodeo, primero a derecha y luego pues a izquierda. -La historia volvió a su anterior seriedad- Se nos quedo la cara pálida a los dos. Nos miramos de reojo y nos pusimos a temblar. Habiamos visto los dos algo, un reflejo, una persona, un vulto, no sé pero a aquellas horas y allí en la puerta -Su cara se petrificó casi como aquella vez que contaba- Todos: ¿Que pasó?. -Ambos intercalando sus turnos- Nada, nos abrazamos sin mover un solo pelo y poco a poco fuimos resbalandonos hasta llegar a sentarnos en el suelo. -Siguiendo solo Samuel- Al rato nos levantamos y corriendo entramos en casa. Se nos paso la mona de golpe. Al menos nosotros nos teniamos el uno al otro -Ambos unieron sus manos-.

Robles

miércoles, 8 de julio de 2009

Música que gira

Tras un tiempo de olvido por mi parte hacia el blog y de él hacia mi, creo que es hora de volver a la carga con otra de mis tontas pero, que queréis que os diga, para mi confortables historias . Bueno sin más dilatación (como os gusta) aqui comienza:

La pequeña Gisel estaba jugando alegre y distraida en la moqueta de su cariñosamente decorado cuarto, no faltaban los peluches de animales de todo tipo ni las paredes cargadas de papel en distintos tonos de verde que creaba un ambiente muy tranquilo y de una gran vivacidad, casi selvática, inspirando a la mente a volar tal y como lo hacia el avión que colgaba del techo.

El cuarto se componía de una cama de un color cuya tonalidad no desentonaba con la de las paredes. Encima de esta dos grandes osos guardaban su cabecera, uno portaba un gran corazón entre sus manos y el otro te recibía con los brazos abiertos y la frase de su pecho: "¡Abrazame fuerte!" a cuyo abrazo correspondía con la más contagiosa de las carcajadas (su preferido). Al lado opuesto de la habitación se disponía el armario con sus dos enormes puertas llenas de mariposas y demás animales coloridos, a la izquierda de este pero retirada de la ventana se situaba la mesa de juegos donde habitualmente ella tomaba té y bestía a sus dos grandes amigos peludos, Tedy y Tody (los osos); por último se encontraba la puerta de entrada en la única pared libre.

El día se despertó magnífico, los rayos del sol incidían directamente sobre la pequeña mesa e iluminaban toda la habitación, Gisel sentada e inventando alguno de sus imprevistos e ingeniosos juegos, ajena a lo que estaría a punto de sucederle, moviendo sus muñecas de un sitio para otro sin quedar del todo conforme con su posición. De repente algo le llamó la atención, -Las campanas- dijo. Rápidamente se levantó y miró por la ventana. Entrecerrando los ojos, ya que el sol le molestaba, miro hacia la calle pudiendo ver la iglesia de cuyo campanario procedía ese sonido, el mar paso desapercibido aún siendo este un día suficientemente despejado para verlo. Agudizando la vista, y más acostumbrada a la luz pudo ver las campanas, que realmente era lo que le interesaba. Estas eran dos grandes campanas de bronce con más de un siglo de antiguedad que rotaban a insistente velocidad. Dan vueltas y vueltas y más vueltas sin parar, -pensó ella- quedando perpleja ante este movimiento y uniéndolo al sonido sus pupilas se perdieron en el horizonte. Su mente le insinuaba algo, intentaba dar explicación a un suceso que habitualmente pasaba inadvertido para ella, algo que le sorprendia y atraía, que le encantaba. -Las campanas giran y hacen música- su pensamiento chapurreó, no le parecio extraño.

Algo vino a su memoria, velozmente se dirigío hacia el armario y lo abrió. Lo que buscaba debía estar escondido entre tantos tipos de zapatos cargados de lazos que tanto le gustaban, y efectivamente allí se encontraba, una cagita de color blanco brillante y cierta antiguedad. La cogió sin mas preámbulos y la colocó en el centro de la habitación. Comenzó a girar la pequeña llave que sobresalía por uno de sus bordes, sin más aviso una encogida bailarina de tutú y zapatos nacarados apareció en escena. La música comenzo a sonar y al unísono la figurita empezó a bailar a su compás. La bailarina giraba y giraba realizando giros imposibles a los cuales Gisel quedaba perpleja, no la veía desde que su madre años atras se la regalase, esta vez fue distinto. Volviendo al estado de perplejidad: su cuerpo quedo inmovilizado, al menos para su voluntad, sus ojos encendidos como platos no lo podían creer, era como la campana, la música daba vueltas y las vueltas hacían la música. Comenzó a notar algo, al mirar a sus pies estos se movían, levanto la vista y ahora era su habitación la que no paraba de girar a su alrededor, todo el mundo daba vueltas sobre su cabeza, le encantaba.

En ese mismo instante su padre se dirigió hacia la habitación para comprobar como se encontraba. Cual fue su sorpresa cuando al entrar Gisel estaba en el centro con los brazos abiertos dando vueltas sin parar, con una gran sonrisa de oreja a oreja que expresaba su estado de inmensa felicidad. De repente cayó al suelo exhausta. Su padre tranquilamente la cogió en brazos y la puso en la cama cubriéndola con la sabana. Entreabriendo Gisel los ojos y con voz baja pero muy dulce dijo a su padre: -La música gira papi- a lo que él respondio con una sonrisa y con un - Claro mi niña, ahora necesitas descansar para ponerte buena.

- FIN -

No se sabe si por su inocencia, por su mente despierta, por la anteriormente mencionada decoración de su cuarto, o por la propia fiebre que en aquellos momentos le acontecía, nuestra pequeña protagonista creó en su mente esa relación de ideas que tantas emociones le provocó. Lo que si realmente sé es que ella a su corta edad se dió cuenta de algo que mucha gente ignora o pasa por alto por ser demasiado obvio e insignificante, algo a lo que no se le presta atención ya que su percepción no puede darnos más que indiferencia; esto quizá se devió a su falta de predisposición a pasar por alto lo "conocido" (que tenemos), llevandola a conocer esta forma de conocer, la más placentera, al tomar como propio el propio conocimiento. Sea lo que sea, ella es feliz ;-D.

Pd: Dedicado a la persona con la mente más inocente que conozco (después de la mía). Gracias por regalar un poco de tu felicidad al mundo.

Robles

lunes, 6 de julio de 2009


Qué horrible sensación es aquella en la que no encuentras algo que hay en tu mente. En la que buscas algo, pero desconoces el qué. En la que sabes que has de saber, pero NO lo que has de saber.

Y empeora la situación cuando intentas escribirlo, y ya ni ello consigues.

No sé nada. No siento nada. Estoy muerto. Mi sensibilidad desapareció con el paso del tiempo... y eso, me da miedo. Es como si dejase de vivir. Como si tan sólo viese una película aburrida en una de mis antiguas tardes de sábado estival, cuando no había otra cosa que hacer. Aunque en este caso, no alcanzo a predecir el final de la película...

Estoy confundido. Dejo el tiempo pasar, y ya no hay fuerzas de hacer nada. Mis padres me lo reprochan, incluso mis amigos, pero lo peor es cuando yo me regaño por ser así, me suelto a mí mismo una interminable arenga que no termina de motivarme, y no consigo hacer nada para cambiarlo.

En los momentos como el presente, tan sólo deseo dormir eternamente...

Cerrar los ojos, y DESAPARECER . . .


David.

sábado, 4 de julio de 2009

Vergüenza os tendría que dar...

Paso nada más que para reprenderos por lo mal que os habéis comportado.

¿Qué ser humano con dos dedos de frente y una mínima capacidad de razonamiento es capaz de semejante atrocidad, de tamaña falta moral que atenta contra su dignidad de Hombre, quién puede haber hecho (o en este caso no haberlo hecho) un acto tan horrible culminado de alevosía e insidia?

¿Dónde quedó la conciencia humana, la capacidad de introspección que permite al Hombre viajar al centro de su ser, de investigar y descubrirse a sí mismo en cuerpo y alma, y desde ahí, observando la decoración interior, teniendo en cuenta cómo están establecidas las distintas características y disposiciones, mirar alrededor y examinar el mundo exterior, el ajeno, pudiendo así cavilar sobre las acciones que pudieran o no ser correctas, entendiéndolas como aquellas que mejoran la calidad de vida, tanto para esa organización interior, como para el resto de los seres racionales, pues también poseen ese hogar íntimo con un interiorismo totalmente diferente?

Oh, rayas y centollas, digo, rayos y centellas, la furia me puede. Me hace enloquecer. Las mil horas que no he dormido en esta semana ahora me piden a gritos su espacio de tiempo correspondiente. La cabeza me estalla. La situación me agobia. Me enlucielabisma y me descentratelura y me venusafrodea.

¿Os he enseñado alguna vez este tipo de poesía? Adoro éste de Olivero Girondo.

Mi Lu:
mi lubidulia
mi golocidalove
mi lu tan luz tan tu que me enlucielabisma
y descentratelura
y venusafrodea
y me nirvana el suyo la crucis los desalmes
con sus melimeleos
sus erpsiquisedas sus decúbitos lianas y dermiferios limbos y gormullos
mi lu
mi luar
mi mito
demonoave dea rosa
mi pez hada
mi luvisita nimia
mi lubísnea
mi lu más lar
más lampo
mi pulpa lu de vértigo de galaxias de semen de misterio
mi lubella lusola
mi total lu plevida
mi toda lu
lumía.

¿Acaso no es sencillamente genial? Tiene tanto sentido como muchos días de mi vida.

Ahora sí, prometo por escrito, jurando por todos los dioses, que en alguno de esos días extraños escribiré un poema parecido. Al estilo Jabberwocky.


David
(Pacto firmado con sangre)




PD: en realidad, iba a empezar a hablar de lo malos que sois, porque habéis dejado abandonadico al pobre blog... se habrá refugiado de nuevo en aquella húmeda cueva donde gemía!! (LOL, que mal suena eso). Poseso, que he tenido que venir yo a rescatarlo... ains...

PD2: Sorry por la ida de olla. Simplemente necesitaba escribir porque sí. Total, la única pretensión podría ser engrosar el número de posts del blog, y aumentar así las visitas. Si al fin y al cabo, creo que nadie comentará...