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sábado, 30 de enero de 2010

El texto sentido: El Principito.


Debía de tener unos nueve o diez años la primera vez que cayó en mis manos. Me fascinó y lo volví a releer dos o tres veces más inmediatamente. Tal vez pasó una década antes de que nos reencontráramos; esta vez el placer fue diferente, la lectura más filosófica. Y ayer, otra década más que tuvo que pasar, me regalaron una edición especial, con dibujos desplegables. Preciosa. Acabo de terminármelo hace sólo un momento. Las veces anteriores me emocioné con el final, esta vez de nuevo se me ha vuelto a encoger el corazón. Merece la pena dedicarle apenas una hora y leerlo periódicamente; para ser mejor, como el que toma una píldora purificadora.
Patricia


- Por la noche mirarás las estrellas. La mía es demasiado pequeña para que te muestre dónde se encuentra. Es mejor así. Mi estrella será para ti una de las tantas estrellas. Entonces, te gustará mirar a todas las estrellas. Todas serán tus amigas. Y además voy a hacerte un regalo...
Volvió a reír.
- Ah! hombrecito, hombrecito, me gusta escuchar esa risa !
- Justamente ése será mi regalo... será como con el agua...
- Qué quieres decir ?
- La gente tiene estrellas que no son las mismas. Para quienes viajan, las estrellas son guías. Para otros no son más que pequeñas luces. Para otros que son sabios, ellas son problemas. Para mi hombre de negocios significaban oro. Pero todas esas estrellas son mudas. Tú tendrás estrellas como no tiene nadie...
- Qué quieres decir ?
- Cuando mires el cielo por la noche, dado que yo estaré en una de ellas, dado que yo reiré en una de ellas, entonces será para ti como si rieran todas las estrellas. Tú tendrás estrellas que saben reír !
Y volvió a reír.
- Y cuando te hayas consolado (siempre se encuentra consuelo) estarás contento de haberme conocido. Serás siempre mi amigo. Tendrás ganas de reír conmigo. Y abrirás de vez en cuando tu ventana, así, por placer... Y tus amigos se sorprenderán de verte reír al mirar el cielo. Entonces les dirás: "Sí, las estrellas siempre me hacen reír !" Y ellos te creerán loco. Te habré jugado una muy mala pasada...
Y volvió a reír.
- Será como si te hubiese dado, en vez de estrellas, montones de pequeños cascabeles que saben reír...

(El Principito. Antoine de Saint-Exupery)

Texto íntegro: http://www3.sympatico.ca/gaston.ringuelet/lepetitprince

miércoles, 27 de enero de 2010

The Real Superheroes

Hola, gente. Hoy estoy muy cansada y atacada por el spleen desde hace unos días, pero no quería dejar de linkear el blog de Jo. Sí, mi anarcoguiri tiene un blog y pensé que tal vez sintiérais curiosidad por echarle un vistazo a sus imágenes y sus pensamientos. Podéis ver a gente de esa comunidad alternativa que se está creando en Alozaína apartando el dinero y el capitalismo de sí, basándose en el trueque, en el contacto con la naturaleza y en la hermandad que entre todos los seres humanos debiéramos sentir. Aparecen construyendo sus viviendas, tan diferentes a las que estamos acostumbrados. Aparte Jo habla de los países que ha recorrido y deja impresiones de las personas que le ayudaron a descubrir su nueva espiritualidad, aquella que le llevó a dejar una vida bajo el sistema para abrazar la auténtica libertad.

Éste es el blog: http://www.the-real-superheroes.blogspot.com/

Patricia.

martes, 26 de enero de 2010

Mentira

Os engañé a todos. Conseguí que creyéseis mi sarta de mentiras. Ingenuos.

No me llamo David. No tengo 18 años ni nací el 3 de mayo. Tampoco mis padres se han separado, no, es más, creo que no sé quiénes son mis padres. No estoy ahora en Sevilla, ni estuve jamás en Fuengirola. Tampoco estudio Arquitectura, no, ni estudié con vosotros. Sólo me veíais esporádica, concienzudamente.

Tampoco mis padres se han separado, no, es más, creo que no sé quiénes son mis padres, y mi hermana es ajena a mí. No me gusta la música, no sé tocar la guitarra, no tengo piano. No he leído ni un libro. Nunca era yo el que escribía aquí. Nunca he tenido ideas buenas. No viajé a Alemania, no sé nada de alemán. Ni de inglés, ni de francés. No soy de España, ni de Europa, ni de ningún lado de esta esfera. No creo en nada, tampoco en mí.

No adoro a Yann Tiersen. Tampoco a Edith Piaf, ni mucho menos a Antony and the Johnsons. Ni mis ojos han disfrutado con los versos de Salinas. No sufrí por una relación de 9 meses. No soy lúcido, ni inteligente, ni culto, ni disfruto con el mar, ni hago fotografías. Y lo que intento expresar no lo siento.

Y no soy buena persona. Es más, la verdad es que por no ser, no soy ni persona.



Sólo soy un puñado de células. Una reunión de lípidos, proteínas, glucógenos, minerales y otras moléculas. Soy un 60% de agua. Soy un conjunto de átomos de oxígeno, nitrógeno, hidrógeno, carbono y calcio, unidos por fuerzas desconocidas para mí.

Soy matemáticas. Soy el producto causal de una serie de factores casuales. Soy una coincidencia.


Soy tú.

¿Pero por qué no nos sentimos igual?

Y es que hay voces que sólo yo puedo escuchar.

lunes, 25 de enero de 2010

Efemérides personales.

Un día como hoy, hace justamente diez años, dí mi primera clase. Un aula cordobesa, un segundo de bachillerato, una improvisación sobre los textos periodísticos, toda una noche sin dormir.

Recuerdo que mi entonces novio me había dejado en el albergue que hay en Córdoba en plena judería, cerca de la mezquita; que llovía y me sentí tan indefensa ante el reto que presentía, que me eché a llorar y me compré un libro para consolarme. Que entré en la habitación y llamé aterrorizada a mi padre para preguntarle qué hacía cuando me encontrara a los alumnos; me aconsejó que comprara el periódico y preparara un comentario sobre una noticia. Estaba en ello trabajando cuando llegó mi compañera de habitación; era argentina y estaba de viaje por España. Bárbara Biaiñ se llamaba -nos escribimos durante un tiempo. Nos tiramos hasta las tantas hablando de literatura y cine argentinos; se sorprendió de que hubiera leído los cuentos de Quiroga. Me ofreció salir a tomar mate con otro compatriota del albergue, pero preferí intentar dormir.
Al día siguiente cogí el autobús hasta el insti, a las afueras, y entré en aquella clase en la última planta. Todos estaban en silencio y escucharon todo lo que yo les dije sin interrumpirme una sola vez. Me habían tocado tres segundos de bachilleratos, éste el de letras era el más tímido, aunque muy trabajador; el de ciencias era intensamente participativo. En los recreos intenté desayunar con los profes, pero me sentía completamente fuera de lugar; y terminé pasándolos con los alumnos.
Me sentía afortunada. Me gustaba tanto, que pensaba a menudo al salir de una clase que era sorprendente que me pagaran por disfrutar, por ser tan feliz haciendo aquello.

Toda una década desde aquel primer día.  Hoy me he pregunto: ¿quién ha cambiado más? ¿los alumnos o la profe?
Patricia.

sábado, 16 de enero de 2010

Su pequeña huella no vuelve más.

Esta canción me hace sentir.








La conozco desde que tengo uso de razón, y nunca, jamás, me ha cansado. Siempre le encuentro matices nuevos.



Por supuesto, está dedicada a Alfonsina Storni, impresionante poetisa argentina. La canción cuenta su suicidio, en el mar, con la sobrecogedora voz de Mercedes Sosa. Cómo admiro a las dos.

Acá, el último poema que escribió, como carta de despedida.







VOY A DORMIR

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides... Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono 

le dices que no insista, que he salido...




(Yo sigo como un Robles)


David

domingo, 10 de enero de 2010

No he olvidado el blog, ni mucho menos. Lo visito a menudo.

Patricia dijo que acabaríamos dejándolo. Yo no lo creo todavía, mantengo la esperanza.

Lo que ocurre es que no tengo nada que decir. Miento. Tengo muchas cosas que decir. Pero ya están dichas. ¿Y para qué repetirse?

No es productivo, de ninguna manera. Y ya no es necesario darlo a conocer. Me da igual que los demás sepan cómo estoy o cómo no estoy. Por mucha propaganda que le dé,  no va a servir de nada.


Y mi inspiración escapa, ella lo ha conseguido antes que yo.



Hoy nevó en Sevilla.

No vi ni un solo copo de nieve, nevó en todas partes de la ciudad menos en mi zona. Siempre me pierdo los acontecimientos interesantes. Dentro de poco me daré cuenta de que he perdido el hilo de mi propia vida, una historia personal que parece tan ajena.



¿No sentís ese peso agotador, extenuante? ¿No os llenáis de fatiga y agobio, de un cansancio infinito, cuando os contempláis en el espejo a vosotros y a todos los fantasmas que constituyen vuestra sombra?


Sí. Mi sombra está formada por los fantasmas que una vez me oscurecieron. Por ello no puedo huir de ella.

viernes, 8 de enero de 2010

El texto sentido: Balzac.

"Para juzgar a un hombre, hay que conocer, al menos, el secreto de su pensamiento, de sus infortunios y sus emociones. Querer conocer solamente los sucesos materiales de su vida, es hacer cronología, ¡la historia de los necios!"
(La piel de zapa, Honoré de Balzac)

viernes, 1 de enero de 2010

El texto especialmente sentido: Goethe.

"...diez años llevo ya zamarreando a mis discípulos y veo que no podemos saber nada...Ha huído de mí toda alegría. No me imagino saber nada a derechas, no me hago ilusión de poder enseñar nada, ni de mejorar sin convertir a los hombres."

(Fausto, J.W. Goethe)