No recuerdo en que momento,
no recuerdo el motivo,
por el que me acorde de ti.
Siento impotencia,
aprieto mis dientes,
haciendo caso al consejo,
que todo padre da a su hijo,
“Hay que ser un hombre”
pero mi mandibula esta cansada,
de tanto morder el polvo.
En esta fase mi corazon se encoje.
Al menos, antes,
tenia vitalidad y rabia,
Aun asi, ahora,
hay algo que no entiendo,
no se de donde coño,
aun saco esperanzas.
Me habla, es panico en el silencio,
sigo acordandome de ti.
Ocurre que hoy,
hoy me quiero torturar.
Esperanza, ¿por que dueles tanto?
Cada jadeo de mi aliento,
es un puñal sobre mi pecho.
En esta oscuridad,
ya ni las ratas me escuchan,
voy a apagar la luz,
Tanatos, si estas cerca,
ayúdame a dormir.
Sami.