¿Por qué este vacío, esta desazón? ¿Y esta quietud de calmado océano en mitad de la noche?
Oigo constantemente en mi corazón el sonido de la nada. Es un silencio que no me deja pensar. Y que me impide escuchar las verdades que el corazón intenta decirme.
¿Pero por qué?
¿Estamos condenados a esta incertidumbre perenne?
¿Por qué?
Agobia respirar.
viernes, 18 de diciembre de 2009
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No es perenne... aunque casi. Se aparta a un lado en algunos momentos: cuando te enamoras, cuando das a luz, cuando brilla el sol y hay yerba bajo tu piel, cuando coges una borrachera de las positivas...
ResponderEliminarLuego vuelve. Siempre. Eso es ser homo sapiens, ¿no?