La conozco desde que tengo uso de razón, y nunca, jamás, me ha cansado. Siempre le encuentro matices nuevos.
Por supuesto, está dedicada a Alfonsina Storni, impresionante poetisa argentina. La canción cuenta su suicidio, en el mar, con la sobrecogedora voz de Mercedes Sosa. Cómo admiro a las dos.
Acá, el último poema que escribió, como carta de despedida.
VOY A DORMIR
Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides... Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...
(Yo sigo como un Robles)
David
Precioso
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