Si quieres participar en el blog, envía tu texto a la dirección miytucorreo.escribetutambien@blogger.com , y tras una revisión de alguno de los creadores, aparecerá junto con el resto.

sábado, 25 de abril de 2009

De la dificultad del vivir.


Cuando empiezas a estudiar matemáticas en el colegio, al principio no entiendes nada. Son sólo números que no tienen significado, símbolos extraños totalmente nuevos para ti. Pero aun así tienes la seguridad de que llegarás a comprenderlo, pues es una ciencia teórica, en la que progresarás y conseguirás dominarlo todo. Entonces al final verás que tantas fórmulas tienen su aplicación, su significado, y su razón de ser.

Pero la vida no es una ecuación algebraica. Cuando empiezas a indagar por sus caminos, en ocasiones avanzas con paso firme, pues sigues creyendo que un efecto determinado derivará en una causa determinada. Pero cuando comprendes que el recorrido que haces es inescrutable, sientes miedo, ya que la causa siempre te sorprenderá manifestada de la forma menos prevista. Estás atemorizado porque no puedes sumar factores y llegar a una conclusión, porque no sabes si al continuar por cierta vía alcanzarás el puerto que añoras. No hay ningún mínimo común múltiplo, cada persona es un mundo dentro de la que conviven miles de mundos más, mundos independientes que te pretenden guiar por diferentes caminos, que te hacen desear demasiadas cosas a la vez. Y nunca se sabe qué elegir, no hay ninguna regla que seguir, nada que te ayude. Tan sólo la suerte, y la pericia. ¡Pero es tan inútil ser astuto cuando en realidad no sabes lo que hacer! Quieres mil y una cosas a la vez, quieres conseguirlas todas, a pesar de ser consciente de que no disfrutarás ninguna de ellas. Estás disconforme con todo, no quieres estar mal, pero no sabes estar bien. Siempre queremos tener más y más, aunque sepamos ya que es una estupidez.


Es difícil. No suena tan bien jugar al azar. Y menos si eres débil, muy débil, si esos miles de mundos que hay en ti son tan diferentes que luchan entre sí, demacrándote por dentro más, quitándote las pocas fuerzas que te quedaban. Es un problema no saber dónde puedes terminar... ni empezar. La vida es un constante reto, una carrera infinita, sin meta ni premio. Tan solo la poco efectiva consolación de haber recorrido todo el camino como un valiente. Y la conciencia tranquila de no arrepentirse de nada. Eso es lo único que debemos hacer, no arrepentirnos de lo que hemos hecho, del camino que hemos cogido, porque no hay vuelta atrás. El arrepentimiento es uno de los sentimientos más estúpidos del hombre.

Pero todo es tan difícil... todo. Vagamos sin guía por una enorme ciudad atestada de individuos indeseados, escribimos una composición de una historia que aún no ha pasado. Queremos dibujar el futuro con total precisión, pensando aún que es como sumar uno más uno, pues creemos que dará con seguridad un dos. Pero no queremos llevarnos el chasco ni defraudarnos, por lo que no miramos hacia adelante. Hacia el pasado tampoco, pues el pasado siempre es negro, oscuro, queremos que se hunda y desaparezca. Entonces vivimos el presente. ¿Pero qué hacer si el presente no te gusta? ¿Cómo vivir un día a día en el que no estás conforme con lo que tienes?

Es difícil estar en el presente y vivir del futuro, que es lo que me ocurre a mí. Es difícil porque para mi el hoy no significa nada, tan solo 24 horas que pasarán y no volverán, que dejarán sitio a un mañana. No quiero seguir esperando a mañana, no puedo. Me debilita, me reduce a una constante. Entonces me creo un número, esperando unirse a otros números, para dar un resultado previsible. Pero no es así, sé que no es así, aunque lo crea. Por ello, tengo miedo. Tengo miedo de que no me salgan bien las cuentas, de equivocarme sumando, y que todo acabe en una resta. En los malditos números negativos que al final te quitan más de lo que tenías. Pero no me queda otra. Estoy entre la espada y la pared.

No tengo fuerzas para actuar en el presente y cambiar el resultado de mi futuro. Eso me reduciría a la mínima expresión y me dejaría sin la esperanza, que es lo único que me mueve. He de continuar mirando a mañana, obviando el día de hoy, con la ilusión de que todo salga bien... aunque en mi interior sepa que me estoy arriesgando demasiado. Pero es que soy un cobarde. Soy un cobarde porque estoy enfadado con el mundo, con el de cada persona, con mis mil mundos interiores. Soy un cobarde y un vago, porque no me atrevo a arriesgar nada ahora, me dedico a esperar al descubierto a que venga el huracán, entonces, o una de dos, o sobreviviré... o tendré que sucumbir.


Andar por la vida es dar palos de ciego.


David

5 comentarios:

  1. Ojalá todo fuera fácil.

    ¿Verdad?

    Pero si todo fuese sencillo, no habría que molestarse en pensar en la complejidad de la vida, en su composición, en su reacción...

    La estupidez e imperfección humana es lo que nos hace estúpidos, lo que nos hace pensar, sufrir,... lo que nos lleva por un camino de oscuridad para encontrar esa perfección inexistente, esa pequeña gota que colma el vaso.

    Nunca se es feliz totalmente pero tampoco lo contrario.

    Para preguntarse por las consecuencias del día a día hay que preguntarse antes el por qué de la existencia, el por qué de todo.

    Sigue tu camino y nunca te desvíes, por que ello te llevará a más dudas, dudas que te comerán la cabeza.

    A veces me gustaría no pensar... y ser un simple insecto.

    Un saludo y CONGRATULATIONS.

    P.D.: Bonita imagen, hacia dónde llevaran esas escaleras....

    ResponderEliminar
  2. Yo sí que sé dar palos de ciego... xd

    ResponderEliminar
  3. No te engañes, no hay nada mas que el presente.
    Me encantaron los toques Vetusta Morla venian que ni al pelo jeje.

    Robles

    ResponderEliminar
  4. Por definición lo que intentas es algo así como un algoritmo, mediante el cual podemos conocer las consecuencias que se derivan de unos datos previamente conocidos.

    Lo que te ocurre es que en tus mil mundos no sabes que datos utilizar, ni tan solo que perderás al redondearlos, tienes ecuaciones con demasiadas incógnitas, todo es taaan complejo, y verás que no te da una solución única, encajan varias piezas como si fuera uno de aquellos gráficos abarcando varios resultados, donde muchas veces se utiliza aquel símbolo tan poco preciso llamado infinito.

    Recuerda que en toda operación siempre caben unos buenos paréntesis, por organizarlo un poco, no debes abarcar una operación sin comenzar primero por esas pequeñas señalizaciones.

    Ahora deberías prepararte para desechar algunos resultados.

    Respira hondo y el día que no te salgan las cuentas no te quedará más opción que mirarlo en otro rato, con más tranquilidad.

    Por otra parte debes distinguir y saber, que los problemas sin solución dejan de ser problemas.

    Sin embargo, el concepto no es una ecuación, creo que se asemeja más a un tablero de ajedrez con múltiples jugadores.

    No saber qué ocurrirá, perder el control para bien o para mal, al mismo tiempo que una maldición llega a ser una delicia de aquello a lo que nosotros llamamos vida.

    para acabar, lo que acaba por prevalecer por ser util de algún modo, es aquello tan terriblemente humano, disfrutar, divertirse, eras más feliz en tu caverna pequeño mito.

    Transeúnte proscrito / Barcelona.

    ResponderEliminar

¡Manifiéstenseee!