Si quieres participar en el blog, envía tu texto a la dirección miytucorreo.escribetutambien@blogger.com , y tras una revisión de alguno de los creadores, aparecerá junto con el resto.

martes, 20 de octubre de 2009

Gente que despide, que recibe a gente.

Iba a hablar de un tema que llevaba tiempo queriendo tratar, pero me ha venido a la memoria una bellísima canción de Presuntos Implicados, con la delicada voz de Sole Giménez.




Y la letra es bastante apropiada para mí...


Pero sobre lo que yo quería explayarme era precisamente de eso, de la gente que va y que viene por mi vida. Varias personas de las seis millones y pico que habitan este planeta, han sido en diferentes ocasiones el centro de mi atención y de mis pensamientos. Muchas pasan fugaces, y apenas requieren breves instantes, pero otras se quedan para siempre ahí, pasando a formar parte de mi mundo conocido. Algunas me aportan mucho, otras me dan alegría, otras tristeza y dolor, muchas me dan diversión, y otras no me ofrecen nada, pero simplemente ahí están. Se ha dado la casualidad inmensa de que nos hayamos reunido en un determinado entorno en este ancho y largo planeta, por lo que ya por eso merecen pertenecer a mi memoria.

Hoy he chateado con cierto chico del que hacía años (y es cierto, años enteros) que no sabía nada. El que una vez lo significase todo para mí, ahora no sabía dónde vivía. Le guardé odio mucho tiempo, por una historia interminable imposible de contar. No se puede plasmar lo que se siente, ya que las palabras, por muchas que use, no podrán expresar con precisa exactitud todas las situaciones, las circunstancias, los sentimientos, las sensaciones, los deseos, o las lágrimas, aspectos de una realidad única que no se podrá traspasar. Pero lo que sí ha de quedar claro es que este individuo era un gran hijo de puta. Aún así, el tiempo lo acaba curando todo. En su momento parece irrealizable, por supuesto... como egocéntricas víctimas, creemos que sufrimos el peor de los tormentos, y que nuestra suerte es siempre la más injusta. Con el paso del tiempo, comprendemos que somos unos extremistas profesionales y que peores cosas quedan por venir. Así que hoy le perdoné. He conseguido que 20 meses (no exagero en nada, fueron exactamente 20 meses) se esfumaran con un simple "¡Hola!". He tardado el mismo tiempo en superarlo que en sufrirlo, pero lo he logrado. Me he reconciliado conmigo mismo, ya que con él apenas tengo nada que perdonar. Me he pedido perdón a mí mismo por todo lo que, producto de su efecto, he sentido hacia mi persona.  Me he maltratado, destrozado a mí mismo, infravalorado, menospreciado. Más que con él, me he perdonado a mí. He logrado obviar una etapa de mi vida que me había hecho ser de cierta manera, como sabéis, tan autodestructivo, atañéndome siempre con los peores adjetivos y haciéndome responsable de las más dañinas causas. Ahora todas esas razones para el exterminio propio han desaparecido. Hay otras, por supuesto, que siempre estarán ahí, pero las principales ya se fueron arrastradas por la marea. Un gran peso me he quitado de encima. Fue una breve conversación de cosas banales, pero supuso un acuerdo conmigo mismo que jamás romperé. Él está olvidado, lo que sufrí, también, las consecuencias, mitigadas... ahora sólo queda recordar por siempre lo que he aprendido de todo ello.

Pero por otro lado, aquellas personas a las que se decide quitar relevancia, son sustituidas por muchas otras que, inesperadas, aparecen ante ti cobrando un papel que no pensabas que asignarías en mucho tiempo.

He conocido a una chica magnífica, de éstas que no pasan desapercibidas, al menos para mi ojo, entrenado en buscar las excepciones encubiertas, los tesoros escondidos entre los profundos mares de multitudes. La descubrí de casualidad, por cosas del destino, pero al primer vistazo supe que era especial. Ahora somos inseparables, nos vemos en cada intercambio de clase (ella está en otro grupo). Hablamos de muchísimas cosas... le cuento bastante de mí, y poco a poco le voy dejando ver mi forma de pensar, porque sé que ella tiene muchas cosas que decir. Podría decir que es mi única amiga de verdad aquí en Sevilla, así como pienso que no tiene mejor relación con nadie que conmigo. Hemos quedado varias veces fuera de las clases, y la relación es magnífica. Me siento bastante reflejado en ella, quizás por eso va significando cada vez más para mí. Sin duda, es una de esas personas que jamás se olvidarán. Que tengan mayor o menos importancia en este o en otro momento de mi vida, pues sí, como todas las que han pasado... Las personas van y vienen, pero siempre están. Ella, como ciertas otras personas, aunque se vayan, estarán en mí, formando parte de todo lo bueno que soy. Con ellas, me siento yo de verdad: fuerte, confiado, seguro, rápido, sincero, lúcido, bueno. Todo lo contrario que en el caso anterior.


Pero sigo pensando en esos 6 mil millones. En 6 mil millones de personalidades, todas totalmente distintas. A saber cuántas me quedan por conocer en mi corta vida. Quizás me quede lo mejor, que esté por llegar. Y quizás no encuentre nada tan bueno como lo que he tenido ya.

David

1 comentario:

  1. Encontrarás gente tan buena o incluso mejor que la que conoces ahora. Encontrarás a gente tan mala o incluso peor que la que conoces ahora. A partes iguales. Fifty-fifty. C'est la vie.

    ResponderEliminar

¡Manifiéstenseee!