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viernes, 10 de julio de 2009

Miedo hacia lo oscuro

Andrea, Marta, Juán, Jose, Cristina, Verónica y Samuel estaban reunidos una tarde cualquiera en una terraza cualquiera de otra cualquiera localidad medianamente normal. Repentinamente y sin previo aviso Andrea comenzó su historia.

Yo estaba en la cama. Era ya tardisimo, no recuerdo la hora, pero no podía dormir. -Hizo una pausa y tomó algo de su vaso, vease Aquarius o cualquier otra vevida refrescante-. Daba vueltas de un lado para otro y nada, el sudor me caía por la frente y no sabía con que postura ponerme. Mira, por más que lo intentaba, ¡imposible! no me dormía ni a la de tres -Siguió con más incapié- ¡Que horror!. Lo peor y que os quería contar es lo que viene ahora. Como puede ser que por fín que conseguí entre comillas quedarme medio quieta, loca perdida me da por oir un ruido. -Interrumpida por Marta y Jose- Ambos preocupandose: ¿Qué ruido? -Los dos conocían a Marta y sabían que vivía sola-. ¿Qué ruido? Pues no sé, pero me entro algo malísimo por dentro. Me quede mirando al techo sin moverme, no sabía que hacer. Un susto que tenía no os lo podéis imaginar -Tomo aire y continuó su historia- Estaba temblando, pero temblando no os lo podeís imaginar, un sudor de esos fríos. -Su cara expresó parte de ese miedo- Mira, el cuarto estaba oscuro no veía más que la lampara y parte de las cortinas. Yo con los dientes apretando que me los iva a romper y los mofletes como flanes -Reiterandose- ¡Que miedo!. Claro yo no me quería mover vallase que fuera lo que fuera se diera cuenta que estaba despierta. -No quiso decirlo pero esperaba a un ladrón como principal invitado, sin descartar al psico killer y demas compañeros de juegos-. Conteniendo la respiración. -Para calmar la situación solto una pequeña carcajada- ¡Que show! Loca me iva a volver, no sé cuanto tiempo estuve así, parada con las piernas entumecidas y el cuerpo rígido como un muerto. Las manos, ni las sentia -Sus ojos miraron hacia el cielo y se mordió levemente el labio- Es más llegué a pensar que si me entraba gana de hacer pis me lo hacía allí mismo, ni borracha me movía yo de la cama.

-Juán interrumpió y siguió hablando- Si, yo recuerdo algo parecido de chico y la verdad que mal se pasa, un susto te llevas. De pensarlo se me pone el vello de punta. -Hizo ademán de llevarse la mano al brazo- Con 7 años que tenía; ¿Qué se le ocurre a mi hermano? Contarme historias de miedo antes de dormir. El hombre del saco, los monstruos de debajo de la cama, el del armario (ese hoy día ya no existe. Por suerte ;-D) y no se cuantos más. No se cuál sería el de esa noche, pero yo no pegue ni ojo. Miraba aún lado y pun, de alli podía salir uno, miraba a otro lado y allí debía encontrarse el otro. Que me tapaba con la sabana, si si mi hermano también tenía uno para la cama. -con cierta ironía- Como quiero a mi hermano. Ahora sí, después de eso y al averme meado en la cama mi madre castigo a mi hemano durante un mes por contarme historias. Nunca volví a saber nada de los bichos -El brillo de sus ojos reflejaba su satisfacción-.

-Cristina tomó la palabra- Pues extrañamente a mí no en la cama pero si de noche me ocurrio algo de eso. La cosa es que yo estaba en un camping, no recuerdo bien el nombre, estaba cerca de un pueblo muy pequeñito apenas seis o siete casitas. Bueno, si tu venías conmigo ¿no Marta? -Marta contesto moviendo la cabeza verticalmente- Marta: Sí me acuerdo del pueblo. -Tomando parte de su batido Cristina continuó su relato- Lo que pasó es que me desperté a media noche y me entraron ganas de ir al baño, a buenas horas se llenó la vejiga. Salí de la tienda y al quedar los servicios tan lejos, pues más comodo, me metí entre los pinos de más atras. Cual es mi sorpresa que cuando estoi allí, pues nada , algo se movió. -Con lo ojos abiertos- ¡Mira que susto! Me quería morir. Yo allí sola, lejos de la tienda y sin poder llamar a nadie. -Marta le corto- Marta: ¿Y qué hiciste? Porque yo no me entere de nada. -Cristina agitada ante esta pregunta continuó- Hacer, hacer, nada. Me agarre con todas las fuerzas que podía al pino que tenía más cerca. Durante cinco minutos allí yo tonta sin moverme. Con las piernas destrozadas acabé. Me volví después corriendo a la tienda y ahí se acabo mi noche. -En ese momento se dió cuenta lo ridícula que hubiese sido aquella situación si alguien la hubiese visto. No pudo no dejar caer una pequeña sonrisa-.

-El turno de Verónica y Samuel, la pareja, se acercaba y más tras aver practicamente acabado con sus respectivos refrescos. Samuel se adelantó- Vero, aquella vez en el portal. -Verónica se llevo las manos a la cabeza- Al salir del ascensor. ¡Qué horrible!. -Verónica continuó- Os acordais de alguna de las veces que habéis venido a mi casa que al salir del ascensor para la izquierda se va hacia mi puerta, y para la derecha pues sigue el hacia el patio experior que ahí una puerta de cristal. No os podéis imaginar que miedo pasamos esa noche. -Dirigiendose a Samuel- Cuentales tu que yo de acordarme me da algo. -Samuel continuó con un poco menos de miedo en sus palabras- Veniamos de aver ido a tomar unas cervezas a eso de las tres o cuatro de la mañana. Ívamos asi contentillos. Nos subimos en el ascensor después de aver jugueteado un poco con la llave en al entrada. -Todos sonrienron- En el ascensor seguimos tonteando, no sé cuantas veces le dimos a subir y bajar -La sonrisa volvió a ser latente y Verónica siguió debido al tono que tomaba la conversación- Las puertas se abrieron en nuestra planta (por fín) y al salir pues en vez de ir directamente hacia la izquierda dimos un pequeño rodeo, primero a derecha y luego pues a izquierda. -La historia volvió a su anterior seriedad- Se nos quedo la cara pálida a los dos. Nos miramos de reojo y nos pusimos a temblar. Habiamos visto los dos algo, un reflejo, una persona, un vulto, no sé pero a aquellas horas y allí en la puerta -Su cara se petrificó casi como aquella vez que contaba- Todos: ¿Que pasó?. -Ambos intercalando sus turnos- Nada, nos abrazamos sin mover un solo pelo y poco a poco fuimos resbalandonos hasta llegar a sentarnos en el suelo. -Siguiendo solo Samuel- Al rato nos levantamos y corriendo entramos en casa. Se nos paso la mona de golpe. Al menos nosotros nos teniamos el uno al otro -Ambos unieron sus manos-.

Robles

4 comentarios:

  1. WAW!!!!!!

    Aunque mis ojos lloran cuando leen tantas uves en lugar de bes...

    Pero está GENIAL! ^^

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  2. ¡Chiquillo, qué seguío! Me quedo con una frase: "sin descartar al psico killer y demas compañeros de juegos", jajaja, me parece perfecta. Ahora, como a mí me gusta poner pegas (ya sabes, defecto profesional :-P)... yo quitaba el "ambos unieron sus manos" (¡demasiado azúcar, joder!); me gusta más la frase anterior como colofón al cuento. ¡Queremos más! Sigue exprimiéndote, Robles, porfa.
    Por cierto, una duda de toda la vida: ¿Existe el sudor frío o es sólo un invento literario? Agradecería varios millones de respuesta.

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  3. Perdón por la tardanza. A la pregunta de si existe realmente el sudor frío, pues casualmente hoy en clases (de conducir) salió esta cuestión y la respuesta es que sí, este se produce en estado de incosciencia o shock y es por la falta de oxígeno, ademas suele ir acompañado de un color azulado de los labios, uñas y la piel.
    Gracias por los comentarios.

    Robles

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  4. El sudor frio (para mi) es cuando uno suda, no por calor, sino por una situacion tensa, como es haberse metido en un marrón. Oye Robles, la relacion alcohol y Samuel no estara inspirada en alguien que conozco? no?

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